" Ven, cierra la puerta, siéntate junto al fuego de la chimenea, que la noche es fría, y seguro que estás cansado; acomódate y disfruta de una de tantas historias, que como cada noche vas a poder escuchar aquí..."
El Recolector de Historias
sábado, 8 de agosto de 2009
"Las Ruinas Perdidas"
PRIMERA PARTE:
"El sol amenazaba triunfante con esconderse tras las cercanas montañas, llevaban todo el día caminando sin siquiera pararse a descansar, su destino estaba cada vez mas cerca, y la excitación por hallarse cerca de las antiguas ruinas iba en aumento con cada paso que daban. La idea había surgido de Darir Stein un humano de veinte años pelo corto oscuro como ala de cuervo, de complexión atlética y una agilidad extremadamente sorprendente, que sabía como usar las dagas que llevaba colgadas al cinturón si llegaba el momento. Fue él quien encontró un diario polvoriento en un desván de su casa, junto a unos escritos muy antiguos que contenían un mapa, habían pertenecido a algún antepasado que dejo la casa en herencia. Darir no podía creerse lo que había encontrado, su antepasado un tatarabuelo según lo escrito en el diario vivía obsesionado con aquellas ruinas, pero nunca encontró la ubicación exacta y eso le atormento hasta el fin de sus días, pero lo que no sabía era que sus viajes y sus pesquisas no iban del todo mal encaminadas, eso le ahorro mucho trabajo a Darir y al resto del grupo. Cloth su compañero de viajes y aventuras, desde hacia mucho tiempo, era algo mas mayor que Darir tenia veintidós años, un bárbaro humano de mirada lobuna, pelo grisáceo y larga melena, un gigante de espalda grande, ancho pecho y brazos fuertes, rozaba los dos metros diez de altura, de puro músculo, con una imponente gran hacha de dos filos colgada en la espalda, daba miedo verle, pero de temperamento tranquilo sino se le provocaba, no podía creerse que esas ruinas existieran, aunque en el fondo de su alma deseaba que su amigo y su antepasado anduvieran en lo cierto. El resto del grupo lo formaban Yesia Tonn "La cazadora", una risueña jovenzuela semielfa, de pelirroja cabellera, y ojos rasgados, con una puntería con el arco envidiable, y Ferius E´lief un callado y reservado arcano elfo muy delgado, larga melena plateada y ojos grises, que acompañaba al grupo, mas bien por lo que pudiera encontrar sobre la magia y lo que había leído y escuchado que por la amistad que los unía. Estos últimos dos se unieron al grupo en una de las posadas, donde Darir había colgado una nota en el tablón, buscando compañeros para encontrar unas viejas ruinas. Se apuntaron varios candidatos, a los que fue descartando, hasta llegar a "la cazadora" que conocía bien los bosques y las montañas, cosa que les venia bien y al hechicero, que cuando Darir le hablo de donde podían encontrarse esas ruinas y que pudieron ser siglos atrás, su rostro cambio y un brillo ilumino sus ojos diciendo:
- Cuando era niño, mi padre me contó una leyenda sobre esas ruinas, y hace varias décadas atrás encontré en un libro varias referencias que de nuevo me hablaban de ese sitio, un lugar donde la magia perduraba a día de hoy, y estaba llena de trampas y enigmas.
- Eso es lo que mi tatarabuelo dice exactamente en su diario, así que serás él ultimo de los integrantes del grupo, nos serás de gran ayuda, no lo dudes.
El arcano asintió con la cabeza.
Y allí estaban los cuatro en aquel risco, contemplando la montaña que les quedaba justo delante, y que según decía el mapa podrían estar las ruinas.
- Es allí, justo entre esos arboles y la maleza esta el sendero.- Con voz ronca y cansada señalo Ferius con su huesudo dedo.
- Ya estamos cerca por fin, ¡vamos chicos!.- Dijo Yesia con una sonrisa en la cara y gran entusiasmo, de un salto bajo de la loma y corrió hasta donde comenzaba el sendero.
- ¡Venga chicos no os quedéis atrás!.- Grito desde abajo la "cazadora" mientras seguía corriendo. .
Cloth miro al resto del grupo. Se encogió de hombros y de un salto siguió ladera abajo a Yesia.
- Vamos Ferius, cuando hayamos encontrado la entrada, acamparemos y continuaremos al amanecer.- Pego un salto y corrió a unirse a sus amigos. El hechicero suspiro mirando al cielo, murmuro algo inteligible en elfico, y siguió a sus compañeros.
Andaban en fila por el sendero, se había estrechado después de varios centenares de metros, y tenían que andar uno detrás de otro. Cloth iba primero, cortando las ramas bajas y los arbustos que obstaculizaban el paso con su hacha, le seguía "la cazadora" con el arco en mano y escudriñando el espeso bosque, Ferius justo detrás, concentrado en no tropezar con las raíces y las piedras del camino, cerrando el grupo iba Darir alerta y con una mano cerca de una de sus dagas, por si las moscas.
Siguieron hasta que el camino se agrandaba un poco y daba a un pequeño claro.
-¡Alto! Eh escuchado crujidos de ramas rotas entre la maleza.- Exclamo Yesia.
Los demás asintieron. Cloth con la gran hacha en posición de combate, Darir desenvaino las dagas y Ferius cerro los ojos concentrándose, con un movimiento de manos y unas palabras en un idioma arcaico.
- ¡Yivea Jala estu!.- un escudo trasparente los envolvió por un instante y luego desapareció.
En ese preciso instante media docena de orcos, liderado por un imponente ogro, apareció en el claro, con cara de pocos amigos y las armas preparadas.
Sin mucha dilación "la cazadora" fue la primera en disparar, matando a uno de los orcos más cercanos con un certero tiro en la cabeza. El mago cogió una varita de su cinturón y tras pronunciar una palabra de mando, unos rayos azulados salieron disparados de ella, impactando contra un grupo de tres orcos, matando a dos en el acto y dejando malherido a un tercero. Dos orcos se fueron a enfrentar contra el bárbaro, este sonrío movió la gran hacha de dos filos con gran habilidad, y dio un fuerte grito de guerra dirigido a Tempus el dios de las batallas, y se abalanzo contra las dos criaturas con furia y frenesí. La primera no pudo levantar su pequeño escudo a tiempo y cubrirse el cuerpo, cuando la gran hacha golpeo contra ella, partiendo el escudo y atravesando el cuerpo del orco por el hombro, partiéndolo en dos. La segunda arremetió contra el bárbaro por el flanco y golpeo al gigante humano en el costado con su maza, el bárbaro sonrío, hizo una finta y pego al orco con el mango de su arma en toda la cara, se escucho un chasquido al crujir el hueso de la nariz. El orco retrocedió unos metros, al levantar la cabeza lo único que vio antes de morir, fue al bárbaro blandir su arma. Darir se acerco sigilosamente al orco restante, salto desde las sombras y clavo unas de sus dagas en la espalda y con la otra le corto el cuello, el orco se ahogo en su propia sangre mientras caía inerte al suelo. En pie solo quedaba el ogro que blandía su arma en el aire mientras maldecía. Ferius entono un conjuro y un proyectil salió de sus dedos e impacto al ogro, Yesia disparo su arco y una flecha atravesó al ogro por un costado, el bárbaro se acerco gritando al dios de las batallas y dio una vuelta sobre sí mismo y golpeo al ogro con todas sus fuerzas en el cuello separando la cabeza del cuerpo, mientras Darir clavaba sus dagas en su espalda. El cuerpo sin vida del monstruo cayó sobre la hierba impactando con fuerza, la cabeza rodó a un lado y la sangre salpico toda la tierra a su alrededor. El grupo estaba exhausto por el combate, respiraron hondo se sonrieron unos a otros, y decidieron quedarse en el claro un rato a reponer fuerzas, montando allí un pequeño campamento."
Continuara...
KingWolf
( Esta historia sale un día en el trabajo con un poco de inspiración, ya la iré continuando a medida que vaya escribiendo mas sobre ellos ^^)
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