"La madre de un hombre que vivía al este de la ciudad murió y él lloró su muerte, pero su llanto no sonaba suficientemente triste.
Al ver esto, el hijo de una mujer que vivía al oeste de la ciudad dijo a su madre:
-¿Por qué no te mueres pronto? Prometo llorarte con gran desconsuelo.
Será difícil que un hombre que desea la muerte de su madre pueda llorarla amargamente".
Anónimo Chino