"Erase una vez una mujer que soñó con otra mujer que seguramente pertenecía al Pueblo Oculto. Esta última le rogaba en su sueño que le proporcionara leche para su niño durante todos los días de un mes, y que la dejara en un lugar de la casa. Ella le prometió que así lo haría, y al levantarse cumplió su palabra; puso un cuenco de leche en el lugar acordado todos los días, y la leche siempre desaparecía. Esta situación continuó durante todo un mes. Cuando el mes finalizó, la misma mujer se le volvió a aparecer en un sueño y le dijo que había hecho bien, y que como recompensa podía recoger el cinturón que encontraría en su cama cuando despertara. La señora se desvaneció y nuestra protagonista despertó, encontrándose un bello cinturón hecho en plata, exactamente como la mujer elfa le había prometido".
Leyenda de la Mitología Nórdica