"El chirriar de la puerta, sin engrasar desde hacia siglos le sobresalto, un sudor frío recorría cara poro de su piel, saco un pañuelo de uno de los bolsillos de la túnica y se seco la frente perlada en sudor. La estancia no hacia mas de treinta metros cuadrados, un fino hilillo de luz se colaba por alguna rendija y daba al lugar un toque tétrico. El polvo cubría la mayor parte de la habitación, hacia mucho tiempo que nadie entraba allí, desde hacia años o incluso décadas. Encontró por casualidad el sótano, al comprar la torre, nadie le dijo que contara con esa habitación de más. Cambiando los muebles de una de las habitaciones una de las repisas cayó contra una de las paredes, resultando ser esta falsa y revelando unas escaleras que conducían a una nueva estancia que ni siquiera el antiguo dueño, sabia que existía. Saco las tablas de la pared descubriendo una larga escalinata que descendía y hacia largo tiempo atrás nadie usaba. Una inesperada subida de adrenalina se apropio de su cuerpo, cogió una lampara de aceite, y bajo uno a uno los peldaños hasta la puerta que se encontraba justo debajo. Y allí estaba con la lampara en la mano, contemplando la estancia llena de trastos viejos, hasta que un baúl polvoriento le llamo la atención, se acerco y paso un trapo viejo por la tapa, revelando varias runas extrañas que no llegaba a comprender, pese a los años empleados en el estudio arcano. Intento abrirlo, pero estaba cerrado, cerro el puño y golpeo desilusionado el cofre, se dio la vuelta sé sentó con la espalda apoyada en él y se puso a pensar. Tras un largo rato, abrió los ojos de par en par había visto ese baúl con anterioridad, se puso de pie con rapidez y salió corriendo de la estancia. Subió los peldaños de dos en dos, y fue hacia su estudio, se acerco a la pared donde estaban la mayoría de libros arcanos y prohibidos que había estado leyendo y estudiando durante décadas y cogió uno con las tapas de piel de cuero negro, abrió con avidez el libro y paso las paginas hasta que encontró lo que buscaba "El baúl de los Cedlen" su sorpresa no pudo ser mayor, la última vez que habia consultado ese libro no recordaba que su apellido formara parte de nada y menos de ese baúl, un dibujo de una llave aparecía justo debajo de la ilustración del cofre, una llave que pese a no sorprenderle sabia que tenia, siempre la había tenido y ahora todas las piezas del rompecabezas empezaban a cuadrar, si investigaba un poco, no tardaría en llegar a la conclusión que esa casa había pertenecido a algún antepasado suyo. Cogió las llaves de la torre y bajo al sótano, la solución era tan fácil que pasaba inadvertida, la propia llave de la torre abría el insólito baúl. Metió la llave en la cerradura y giro, se escucho un pequeño clic, levanto la tapa y por unos segundos un haz luz amarillenta ilumino toda la estancia, apagándose tan deprisa como apareció. Dentro del baúl, unos cuantos viales con líquidos de colores variados, pergaminos viejos, un extraño libro y una pequeña caja plateada. Al coger la caja, sintió el frío acero entre sus dedos, abrió la caja y dentro un colgante echo de huesos blancos como el marfil y en el centro una gema azulada, que le hacia recordar la semejanza con un témpano de hielo. Sin pensárselo dos veces se puso el colgante en el cuello, un escalofrío le recorrió todo el cuerpo haciéndole sentirse vivo, sin saber porque pronuncio su apellido en su idioma natal el elfico, uno de los huesos del colgante se desprendió y cayó al suelo, este se fue regenerando poco a poco, al cabo de varios minutos un esqueleto animado con las cuencas de los ojos vacías, estaba de pie delante de él, sin moverse. Le dio varias instrucciones y el ser animado respondió a ellas, repitió de nuevo la palabra de mando y el esqueleto cayó al suelo convertido en cenizas y el colgante regreso a su estado original. Repitió dos veces su apellido y un fulgor azulado recorrió sus dedos sin sentir frió ni dolor, apunto con la palma de la mano abierta hacia un armario, de las yemas de sus dedos salieron varios rayos de escarcha congelando el armario por completo. Sorprendido por el nuevo hallazgo recogió el baúl y todas las cosas que había dentro y las subió a su estudio. Cogió el extraño libro, lo abrió parecía ser un viejo diario con notas, leyó varias paginas hasta encontrar lo que buscaba, el nombre de su antepasado, otra rara casualidad, Tarinh se llama exactamente como él, estudioso y practicante de lo arcano, seguidor de la Dama de Hielo y del Señor de la Cripta Olvidada, una sonrisa apareció de nuevo en sus labios y un vivo entusiasmo que pensaba que jamas volvería, empiezo a coger forma en su perversa y maquiavélica mente".
KingWolf
( Esta historia nace hace unos días aburrido en el trabajo y dándole vueltas a un trasfondo ^^ )